Históricamente la sociedad industrializada, de la cual hacemos parte, le ha relegado la tarea de la representación del valor a dos actores en apariencia disímiles: los banqueros y los artistas. Aunque a primera vista estos oficios parecen existir en ámbitos disociados, ambos se encargan de crear semióticas que permitan que el canje opere dentro de una esfera que supera lo inmediatamente tangible. Los dos se ocupan de imaginar y presentar futuros, para bien o para mal. El mercado del arte surge cuando aparece una liquidez monetaria que supera las necesidades básicas de supervivencia, los primeros coleccionistas son banqueros y Oscar Wilde, en un momento ya bastante avanzado de esta historia, declara: “Cuando los banqueros se juntan para cenar, hablan de arte. Cuando los artistas se juntan para cenar, hablan de dinero.” A partir de estas consideraciones surge el Banco Artístico de Conocimiento Experimental, como un espacio que sea capaz de visibilizar y dar elementos de análisis para que los participantes retomen el poder transformativo que pueden tener sobre los sistemas de valuación, y por lo tanto sobre los modos de producción, circulación y consumo del arte.
Los bancos artísticos y las monedas alternativas creadas por artistas, son un fenómeno más popular de lo que se pensaría. Después de la crisis financiera mundial del 2008, se han convertido en una estrategia cada vez más popular que permite no sólo denunciar las falencias del mercado financiero del turbio capitalismo actual sino, sobre todo, generar un lugar de intercambio de mercado local, que no reproduce las dinámicas macro de la economía global, basándose más bien en la micropolítica de los intercambios entre humanos; posibilitando la creación de amistades, colaboraciones y alianzas de ideas. Es el caso del “Art Reserve Bank” en Amsterdam, el “Time Bank” creado por Julieta Aranda y Anton Vidokle, o la moneda “Ithaka Hours” creada por Paul Glover, para citar sólo algunos ejemplos.
El espacio de B.A.C.E. será uno de exaltamiento y no de angustia, porque se le devolverá al participante su capacidad de agencia, al hacer que las dinámicas de valuación y evaluación dependan primeramente de un diálogo interpersonal entre los implicados. El modelo que proponemos quiere crear dinámicas de mercado que no dependan de una moneda única, sino de la capacidad de cada quien de producir situaciones de CANJE.
B.A.C.E se presenta en Artbo 2018 con una nueva imagen y cambios en su estructura de funcionamiento pasando de reflexiones utópicas a escenificaciones distópicas. Luego de un año de operaciones y experimentación, hemos concluido que nuestra razón de ser es la capitalización del potencial humano por encima del económico. En el pasado teníamos ideales, ahora tenemos una visión y una misión para el mejoramiento de los flujos del capital en el medio artístico local. Los nuevos vientos que corren en nuestra sociedad nos llevan a reformar nuestra imagen y funcionamiento, dejando atrás nuestra estética y ética anárquica para asumir la bandera de la economía naranja (creative economy).
Bajo esta nueva bandera entendemos la práctica artística como un generador de capital no sólo para sus productores sino, sobre todo, para los agentes financieros que intervienen en las diferentes etapas de la comercialización de obras de arte. Para que esto sea posible es necesaria la profesionalización de la práctica artística: necesitamos creadores entrenados en la producción estética; empoderados de su yo emprendedor. En este entramado de relaciones financieras, el banco facilitará el flujo de capital para la creación esperando que el crecimiento del artista, la obra y su mercado, nos proporcione a todos un futuro más brillante. Creemos que con la estrategia adecuada, apoyo y un buen plan, el éxito es inevitable, incluso para un artista.
Si bien es cierto que la tradición en las artes es importante, el valor de innovación y adaptación del medio creativo es tal vez la principal herramienta para un cambio de paradigma. Al capital hay que dejarlo fluir; que haga su trabajo de diversificación, ganando en unas, perdiendo en otras. Dejemos atrás a los artistas famélicos, saquémoslos de las oscuras buhardillas y brindémosles la luz que emana de las industrias creativas.
Proyecto realizado por el colectivo LSZ, conformado por Paulo Licona, María Adelaida Samper y Gabriel Zea. En diciembre de 2024 Licona se retira del colectivo y Samper y Zea continúan continúan con el proyecto del colectivo operando bajo el nombre de Aliens.institute
Historically, industrialized society, of which we are a part, has relegated the task of representing value to two seemingly dissimilar actors: bankers and artists. Although at first glance these professions appear to exist in separate spheres, both are responsible for creating semiotics that allow exchange to operate within a sphere that transcends the immediately tangible. Both are concerned with imagining and presenting futures, for better or for worse. The art market emerges when monetary liquidity exceeds basic survival needs. The first collectors are bankers, and Oscar Wilde, at a fairly advanced stage in this history, declares: “When bankers get together for dinner, they talk about art. When artists get together for dinner, they talk about money.” Based on these considerations, the Artistic Bank of Experimental Knowledge emerges as a space capable of raising awareness and providing elements of analysis so that participants can regain the transformative power they can have over valuation systems, and therefore over the modes of production, circulation, and consumption of art.
Artistic banks and alternative currencies created by artists are a more popular phenomenon than one might think. After the global financial crisis of 2008, they have become an increasingly popular strategy that allows not only to denounce the shortcomings of the financial market of today's murky capitalism but, above all, to generate a place for local market exchange that does not reproduce the macro dynamics of the global economy, but rather based on the micro-politics of exchanges between humans, enabling the creation of friendships, collaborations, and alliances of ideas. This is the case of the Art Reserve Bank in Amsterdam, the Time Bank created by Julieta Aranda and Anton Vidokle, or the Ithaka Hours currency created by Paul Glover, to name just a few examples.
The B.A.C.E. space will be one of exaltation rather than anguish, because participants will regain their capacity for agency, as the dynamics of valuation and evaluation will depend primarily on interpersonal dialogue between those involved. The model we propose aims to create market dynamics that do not depend on a single currency, but rather on each person's ability to produce situations of EXCHANGE.
B.A.C.E. is presented at Artbo 2018 with a new image and changes in its operating structure, moving from utopian reflections to dystopian scenarios. After a year of operations and experimentation, we have concluded that our raison d'être is the capitalization of human potential over economic potential. In the past, we had ideals; now we have a vision and a mission to improve capital flows in the local art scene. The new winds blowing through our society are leading us to reform our image and operations, leaving behind our anarchic aesthetics and ethics to take up the banner of the creative economy.
Under this new banner, we understand artistic practice as a generator of capital not only for its producers but, above all, for the financial agents involved in the different stages of the commercialization of works of art. For this to be possible, the professionalization of artistic practice is necessary: we need creators trained in aesthetic production, empowered by their entrepreneurial selves. In this network of financial relationships, the bank will facilitate the flow of capital for creation, hoping that the growth of the artist, the work, and its market will provide us all with a brighter future. We believe that with the right strategy, support, and a good plan, success is inevitable, even for an artist.
While it is true that tradition in the arts is important, the value of innovation and adaptation in the creative medium is perhaps the main tool for a paradigm shift. Capital must be allowed to flow; it must do its job of diversification, gaining in some areas and losing in others. Let's leave behind starving artists, let's take them out of dark attics and give them the light that emanates from the creative industries.
Project carried out by the LSZ collective, formed by Paulo Licona, María Adelaida Samper and Gabriel Zea. In December 2024 Licona leaves the collective and Samper and Zea continue with the collective's project operating under the name Aliens.institute.